Ante el juicio. Comunicado de la Articulación por Curuguaty

Pronto iniciará el juicio oral fechado para este lunes 27 de julio, con un mes de duración aproximadamente. Esperamos que este juicio no se posponga más, como ya ha ocurrido en tres ocasiones anteriores.

En estos momentos nada hace presagiar que nuestro análisis de una «condena cantada» sea incorrecto. Lo único que puede cambiar esto es que la ciudadanía realice una batería de acciones que logren dar muy poco espacio social y comunicacional al abuso que intentan perpetrar tanto la fiscalía como el tribunal.

Para ello, el juicio debe ser muy acompañado por quienes estén preocupados por la situación de la justicia en el país, no solo por este caso en particular. Todos aquellos que creen en la justicia, en el derecho a la defensa, deben acompañar este juicio en calidad de observadores.

Ni la Fiscalía General del Estado ni la Corte Suprema de Justicia han dado señales de estar construyendo un juicio medianamente justo en este caso. Los hechos hablan por sí solos: La defensa sigue sumariada, lo que quiere decir coaccionada, puesto que se une el resultado del sumario al resultado del juicio. Buena parte de los testigos campesinos de la defensa han sido imputados en una operación conjunta de la empresa Campos Morombi y la fiscalía de Curuguaty. La adolescente llevada a juicio ha sido atropellada todo lo más que se pudo en sus derechos procesales, comenzando por una defensa pública que en connivencia con la parte acusadora la ha dejado en la absoluta indefensión, contraviniendo las leyes y la ética de la defensa pública. Las tierras siguen usurpadas y no hay indicios de que el Estado quiera realizar acciones positivas en lo judicial para recuperarlas, pese a sus declaraciones mediáticas. Eso, sin considerar el desinterés de parte de los tribunales para realizar este juicio, dadas las tres sucesivas suspensiones del inicio de este.

Este es el juicio más emblemático de lo que va corrido de este siglo, y desde el retorno a la democracia por sus alcances sociales, jurídicos, políticos y mediáticos del hecho de origen: la masacre de Marinakue –

Se trata, por lo tanto, realmente de una causa nacional.

Por ello es necesario que el juicio sea trasparente, que cuente con la presencia de observadores nacionales e internacionales, que esté asegurada su trasmisión en vivo por todos los medios de comunicación posible, entre otras medidas.

Solo será justicia la libertad de todos los acusados en esta causa, reparación a víctimas y sobrevivientes de la masacre, recuperación de las tierras de Marinakue, verdad sobre los hechos y castigo a los verdaderos culpables

Considerando esto, desde la Articulación por Curuguaty decimos que:

El juicio debe anularse.

Porque el proceso judicial adolece de tan graves falencias en lo procesal que es más bien una caricatura de proceso, porque no hay prueba alguna que señale a ninguno de los acusados como autores de cualquier homicidio. Porque la fiscalía ocultó pruebas (los proyectiles de la policía, la filmación del helicóptero, etc.) y porque la fiscalía, con la complicidad de la jueza Janine Ríos, infiltró pruebas fuera de plazo y de forma (las famosas nueve cajas, el rifle robado en Curuguaty).

Hoy, frente a la sospecha de que Corte y fiscalía quieren suspender ad eternum el juicio oral, decimos a viva voz que:

¡Queremos juicio!

Y ante la certeza de que ese juicio lo quieren amañado, arreglado, cantado:

Queremos ese juicio: trasparente, observado, comentado, garantizado para la defensa y acusados, público y trasmitido.

En resumen: queremos este proceso judicial anulado