Resumen del juicio oral y público #Marinakue en su sesión del martes 19 de enero 2016

Al entrar los campesinos y campesinas a la sala del juicio, fueron recibidos de pie y con aplausos por los y las asistentes.

Leonardi Guerrero y Nelson Ruíz son los nuevos fiscales que asumen al salir Rachid, junto a las dos ya designadas.

La defensa pidió la entrega de videos del Ministerio del Interior señalados por un testigo, como hechos nuevos, petición que fue rechazada en su momento por el Tribunal. Después, la defensa acusó directamente a Rachid de manipular las pruebas y manifestó temer que el mismo manipulara las evidencias al asumir su cargo como Viceministro del Ministerio del Interior. Se hizo lugar a la reposición de la defensa.

Primer testigo: Suboficial Primero, Esteban Báez Villar

Báez Villar declaró: “nos bajamos, en formación en pelotón, a la cabeza iban el jefe y subjefe, algunos fusileros, nosotros quedamos hacia atrás”. Agregó que los campesinos “estaban 20 más o menos, en el frente unos 40 a 50, estaban mujeres y niños en ese momento”.

Sobre si el helicóptero tenía o no armas, el testigo contestó que no recordaba si tenía armas. Dijo a su vez no haber visto nada por haberse tirado cuerpo a tierra una vez iniciado el tiroteo.

Báez declaró que los fusileros usaron armas largas, y que vio el incendio del pastizal tras la balacera. Manifestó que el helicóptero descendió tras registrarse el tiroteo.

El testigo no recordó nada ante las preguntas de la defensa. Tras esperar más de una hora después de la balacera, los llevaron en colectivo al Hospital de Curuguaty, expresó el suboficial Báez. No reconoció, así también, a ningún campesino o campesina presente en la sala en situación de acusados.

Segundo testigo: Suboficial Mayor Vicente Sabino Mora Torres

El suboficial Mora Torres no pudo reconocer a ningún campesino o campesina en el lugar los hechos. Manifestó haber tenido que caminar 3 kilómetros para llegar al lugar. No escuchó tan bien lo expresado por Lovera pues estaba un poco apartado del mismo. Se tiró al suelo a la hora de los disparos.

Unos 300 policías estaban, entre ellos tácticos que usaban armas largas, semiautomáticas. No sabe quién mató a los campesinos. No vio a la FOPE ni sabe qué armas usaron, según declaró.

Mora dijo haber visto sobrevolar al helicóptero, pero no durante la balacera. Tal vez los fusileros tácticos dispararon, indicó.

A su vez señaló que los policías se encontraban en una posición superior a los campesinos, que ellos estaban más abajo. Tampoco vio al personal de la FOPE cerca de los campesinos.

Según su testimonio, ningún personal del GEO quedó custodiando el lugar tras los hechos. También dijo que es difícil distinguir lo que es una ráfaga de lo que no lo es.

El suboficial Mora indicó que sí fueron a Campos Morombí una vez antes del 15 de junio de 2012. Expresó que no vio de dónde provinieron los disparos, tampoco vio hacia dónde disparaban los policías y no vio quién cortó la cimbra.

Tercer testigo: Suboficial Primero, Virgilio Antonio Blanco Giménez

El suboficial Blanco afirmó que el comandante Lovera les dijo: “Se va a hacer el desalojo pero no quiero quedarme”.

El testigo no pudo identificar a los campesinos, no supo precisar qué tipos de armas se dispararon y manifestó que estaban presentes mujeres y niños.

Según el testigo Blanco, los fusileros del GEO estaban armados. Él no había disparado su arma, un fusil Galil semiautomática que puede regular tiro por tiro o tres por tres, según precisó. Los campesinos que portaban escopetas eran 7 u 8, declaró. Indicó que la balacera duró intensamente de 4 a 5 minutos, en total duró el enfrentamiento 25 a 30 minutos. Al preguntársele quién disparó primero, el testigo contestó «ni idea, señor». Al preguntársele si escuchó ráfagas, contestó que sí. Algunos de estos disparos podrían provenir de fusiles o Galil, de armas semiautomáticas, expresó Blanco.

El testigo también manifestó que no había nadie destinado a leer la orden judicial en guaraní a los campesinos y que el GEO no designó a nadie para quedarse a resguardar el lugar después de los hechos, como dicta el protocolo.

Declaró que los policías auxiliaron a los policías heridos y que no vio quién auxilió a los campesinos heridos. Los fusileros llevaban las armas cargadas, e igualmente les pilló de sorpresa la balacera. Fueron a cumplir un desalojo «buenamente» pero les salió mal, dijo el suboficial Blanco. Dijo que Lovera habló con las mujeres antes de que se desencadenara el hecho. Al preguntársele si sus superiores le dieron alguna indicación en caso de necesidad de resguardo, Blanco respondió que solo le dijeron que «se cuiden». Respecto a la seña que le hicieron desde el helicóptero, el testigo Blanco mostró una seña con la mano que es muy distinta a la seña que ya otro testigo describió anteriormente con ambas manos. Finalmente terminó su declaración no pudiendo reconocer a ningún campesino o campesina.

Declaró que los policías auxiliaron a sus camaradas heridos y que no vio quién auxilió a los campesinos en la misma situación. Los fusileros llevaban las armas cargadas, e igualmente les pilló de sorpresa la balacera. Fueron a cumplir un desalojo «buenamente» pero les salió mal, dijo el suboficial Blanco. Dijo que Lovera habló con las mujeres antes de que se desencadenara el hecho. Al preguntársele si sus superiores les dieron alguna indicación en caso de necesidad de resguardo, Blanco respondió que solo les dijeron que “se cuiden”. Respecto a la seña que le hicieron desde el helicóptero, el testigo Blanco mostró una seña con la mano que es muy distinta a la que ya otro testigo describió que era con ambas manos. Finalmente terminó su declaración no pudiendo reconocer a ningún campesino o campesina.

Cuarto testigo: Suboficial Primero, Rolando Álvarez Insfrán

Para este testigo, los campesinos eran unos 40 o 50 (al principio). Lovera entró a dialogar con ellos, en tanto que él se quedó atrás. Las mujeres salieron rápido al momento de los disparos, manifestó; estos duraron 40 minutos intensos. Ante la pregunta de si fueron muchos disparos, respondió “muchos disparos”. No escuchó disparo alguno cuando pasaba el helicóptero, según su testimonio.

Se presentaron ante el testigo las herramientas de labranza campesina como si fueran armas. Las escopetas solo disparan un tiro a la vez, señaló el testigo suboficial Álvarez. Dijo que no estaba la gente de Investigación ese día, que son quienes pueden usar revólveres niquelados. No había ningún funcionario de civil ese día para leer la orden de allanamiento en guaraní, dijo también el suboficial Álvarez. Nadie de la GEO quedó para resguardar el lugar de los hechos. Ante la consulta de la defensa sobre su conocimiento acerca de un servicio que hacían en la estancia Paraguay y Campos Morombí 8 días antes, otra vez el tribunal y la fiscalía no quisieron que se supiera qué es «kokue» en jerga policial. Sin embrago, el juez en la aclaratoria dijo “entraron en dos columnas lo que en jerga militar se dice ‘a caballo’”.

Quinto testigo: Suboficial Segundo, Oscar Arnaldo Arévalos Amarilla

El testigo inició su declaración contando que la noche del 14 al 15 de junio de 2012 el contingente policial pernoctó en una casa frente a la estancia de Campos Morombí.

Declaró que los fusileros se apostaron a la izquierda y la derecha en la formación policial. Estaba en el fondo y no distinguía muchas cosas; en el momento en que Lovera conversaba con los ocupantes, escuchó el primer disparo, pero no sabe de qué lado vino así como los demás disparos.

El testigo dijo haber estado cuerpo a tierra por espacio de 30 minutos. La fiscalía inducía al testigo a decir que no eran campesinos los que estaban allí; la defensa objetó y se dio lugar al planteamiento. También declaró, al contrario que los anteriores, que la persona que disparó a Lovera empuñó el arma con las dos manos.

El suboficial Arévalos dijo que al terminar el procedimiento “no teníamos más cartuchos ni armas”, lo que se podría interpretar como que los gastaron todos (cartuchos).

Sexto testigo: Suboficial Alcibíades Benítez Gamarra

Este testigo reconoció que disparó que tenía carga de 30 disparos y que la Policía disparó, no sabe de dónde venían los disparos. Hubo dos formaciones antes de llegar al lugar y otra antes de entrar al alambrado, en esta segunda formación había de 100 a 150 policías.

Al preguntársele por el incendio del pastizal respondió haberlo visto. Declaró que había gente camuflada (para-para’i) en el lugar, que vio a algunos cerca del pastizal y otro cerca de los campesinos. Los tácticos usaban armas largas, Galil, con capacidad de 30 tiros. Recordò que el helicóptero sí sobrevoló durante la balacera, a su izquierda. No recuerda qué brigada fue a Campos Morombí 8 días antes.

El Tribunal dispuso receso hasta el miércoles 20 de enero a partir de las 8 am, en la Sala 2 de Juicios Orales, torre norte, Palacio de Justicia, Asunción.

Informe: Articulación por Curuguaty